Se acercaba el final de nuestro safari fotográfico por Sudáfrica y como colofón pasamos el último día en una reserva privada, Savanna Private Game Reserve. Antes de nada, agradecer a Savanna Lodge la oportunidad de disfrutar un día de sus instalaciones, su amabilidad y de sus maravillosos safaris donde pudimos ver los cinco grandes en tan solo dos safaris.
¿Qué es una reserva privada?
Si viajamos a Kruger tenemos dos opciones para realizar nuestro safari y alojarnos, una se adapta a todos los bolsillos y otra es más exclusiva y con un precio más elevado. En la primera te alojas por tu cuenta en uno de los campamentos del parque y haces el safari por libre y en la segunda visitas un Lodge privado donde te lo dan todo hecho, el trato es personalizado y los safaris privados. En nuestro caso nos alojamos en el Savanna Lodge situado en la conocida reserva privada de Sabi Sand.
Habitación
El hotel cuenta con pocas habitaciones, esto hace que haya pocos huéspedes y el trato sea completamente exclusivo y personalizado. A la llegada te asignan una persona que estará contigo durante toda la estancia y un ranger que será el encargado de acompañarnos durante los safaris. El Savanna Lodge dispone de varios tipos de habitaciones, nosotros nos alojamos en una Luxury Suite y estuvimos encantados.


La habitación es enorme con cama XL y todo tipo de almohadas. Dispone de aire acondicionado, ventilador, teléfono, dos armarios grandes y un escritorio lleno de información sobre la reserva y las actividades disponibles.



El precio incluye servicio de minibar con todo tipo de aperitivos, refrescos, bebidas alcohólicas, dulces y un largo etcétera que se reponen diariamente.



El baño es impresionante y completamente equipado con inodoro independiente. Se encuentra en la parte trasera de la habitación y tiene en la zona central una bañera independiente enorme. También dispone de dos duchas, una dentro del baño y otra en un patio exterior. Tendremos a nuestra disposición todo tipo de amenities así como secador de pelo.




Zonas comunes
El hotel es bastante exclusivo, tiene pocas habitaciones, por lo tanto las instalaciones son pequeñas.


Se encuentra todo situado en la zona del restaurante, allí nos encontraremos con la recepción, el bar, la tienda de souvenirs, la piscina y una zona de estar de dos pisos con chimeneas, sofás, biblioteca y ordenador.



La piscina es pequeña, está justo en frente del edificio principal y dispone de unas cuantas hamacas y sombrillas.


Restaurante
El régimen es Todo Incluido, aparte de dos safaris, también incluye desayuno, comida y cena, así como bebidas y snacks. La comida está muy bien y es bastante variada.

El primer día para comer había buffet libre con ensaladas, quesos, embutidos, varios tipos de arroz, carnes, pescados y postres variados. La cena no era buffet, había aperitivos, un entrante, un plato principal y un postre, todos a elegir entre varias opciones. Platos muy bien presentados y muy buenos. Nos sorprendió mucho la comida.

Servicio
Increíble. Exclusividad total. Al llegar te asignan una persona que te acompañará durante toda la estancia y un ranger con el que harás los safaris privados. Esas personas comen incluso contigo, te cuentan todo tipo de anécdotas y te hacen sentir como en casa. Se preocupan por todo, te resuelven todos los problemas y te dan un ambiente familiar muy acogedor. Cada una de las personas del servicio sabían tu nombre, si no habías visto algún animal, cual era tu preferido, todos lo sabían todo. Nos sorprendió muchísimo el trato.
Te programan toda la estancia. Cuando volvías del safari tenías en la habitación las toallas, el albornoz, las zapatillas y las velas, todo listo para que te duchases tranquilamente antes de cenar. Incluso nos dejaron unos licores. Cuando volvíamos de la cena, teníamos las persianas bajadas, las luces encendidas y la cama lista para que nos acostásemos.
Safari privado
Posiblemente lo mejor de la estancia. Nuestra idea era ver todos los animales posibles y durante los dos safaris (incluidos por día) lo pudimos ver. No habíamos visto guepardos ni leones, y en 15 minutos de safari vimos ambas cosas. Alucinante. En los safaris te acompaña un guía y el ranger y se hacen en coches 4×4 descubiertos especiales para ello.

A diferencia del Kruger, aquí el 4×4 se mete por cualquier sitio, el guía sigue el rastro de los animales y es más fácil encontrarlos. Además van conectados todos por emisora por lo tanto es difícil que se escape algo. Dentro del vehículo hay mantas, bolsas de agua caliente y un poncho para el frío.
Comenzamos nuestro primer safari tras la comida y a los 20 minutos ahí estaba, el primer guepardo que veíamos. Estaba detrás de un matorral, no se como pudieron encontrarlo.


Tras un rato observándolo boquiabiertos a pocos metros continuamos el safari y cual es nuestra sorpresa que a los 5 minutos nos encontramos con una manada de leonas.


Increíble. Más adelante tuvimos la oportunidad de ver algún elefante, impalas y unos chacales a lo lejos. Nos tenían una sorpresa preparada y es que en pleno atardecer, paramos en un mirador, se baja el guía y nos saca unos aperitivos, vino, refrescos… Así que nos quedamos viendo el atardecer tomándonos algo en aquel mirador mientras un elefante rompía un árbol a pocos metros de distancia.

Aquí poníamos fin a nuestro primer safari. Al día siguiente nos levantamos a las 6 am, hacíamos un desayuno rápido para salir de nuevo en busca de animales. A lo largo de la mañana pudimos ver un poco de todo, rinocerontes, tres leopardos, cocodrilos, hipopótamos, jirafas, cebras, chacales, elefantes, búfalos…






¿Lo recomendamos?
Por supuesto. Solamente por el trato y el safari merece la pena. El precio puede que no se ajuste a todos los bolsillos pero aunque solo sea una noche merece la pena vivir la experiencia y disfrutar de una estancia y unos safari únicos.
Reservas desde la web del hotel